Publicado el 13 de junio de 2021, por Chofer
“Partidos de Chile Vamos y Republicanos cuestionan anuncio de cuarentena total para la RM: UDI amenaza con rechazar extensión del estado de excepción”
La Tercera, 10 de junio de 2021
La participación de los menos favorecidos podría ser el factor decisivo en la nueva Constitución. Aunque la noticia reseñada no trata del proceso constitucional en curso, vale la pena examinarla porque muestra muy bien cuál es la concepción que tiene de los más pobres algunos protagonistas de la política nacional.
Precisamente en el pico más alto de la pandemia los partidos de la derecha “dura” salen a cuestionar una de las medidas principales para controlarla: los confinamientos. Mientras Evelyn Matthei y los presidentes de RN y Evópolis se muestran cautelosos, los presidentes de la UDI y el Partido Republicano las critican abiertamente.
¿Cuáles son las razones?
Según Macaya (UDI) las cuarentenas no sirven: “no están generando los efectos buscados, es decir, contener o disminuir el número de contagios”. ¿Por qué? Porque “no se cumplen en numerosos lugares de Chile”. ¿Qué se podría hacer entonces? ¿Buscar mecanismos para que sí se cumplan y sean más eficaces? No: renunciar a ellas y establecer “nuevas medidas”… de las que no da ninguna pista. Si el gobierno persiste en las cuarentenas, la UDI evaluará incluso “rechazar la extensión del Estado de Excepción Constitucional”, que permite decretarlas.
Podría surgir la pregunta: ya que no proponen alternativas más eficaces, ¿por qué no continuar usando los confinamientos, que de todas maneras reducen el índice de contagios? La respuesta de la UDI es clara: porque han “impedido que miles de emprendedores puedan salir adelante”. Si esto es cierto, significa que los emprendedores no son los que se mueren con la pandemia: no se puede decir que un emprendedor muerto “salga adelante”. Los 30 mil muertos, las decenas de miles de hospitalizados que colapsan hoy el servicio de salud no son “emprendedores”. Y es lógico. Es más difícil que un emprendedor se contagie ya que no usa el metro o la micro. Si se llega a contagiar tiene mejores condiciones personales para aislarse y cuidarse. Y si necesita hospitalizarse, lo hará seguramente en el mejor sistema (particular) de salud.
Traduciendo lo que dice Macaya, es mejor eliminar las cuarentenas porque no permiten que los negocios funcionen normalmente y en todo caso si los contagios y muertes se salen de control afectarán a los pobres, que no son tan importantes.
Por su parte el presidente del Partido Republicano, Juan Antonio Kast, se muestra preocupado (si es que no abiertamente escandalizado) por estas “limitaciones a la libertad” que constituyen las cuarentenas. Las cuarentenas son una dictadura. ¿Qué se podría hacer para restablecer la libertad sin atentar contra la salud pública? No lo indica. Pero en todo caso “llegó la hora de terminar con esta verdadera dictadura sanitaria”. ¿Por qué hacerlo, a pesar de la crítica situación sanitaria? Porque “está ahogando el emprendimiento, liquidando negocios, impidiendo los aprendizajes y estancando el país”. Obviamente los muertos no pueden aprender, porque están muertos, y tampoco serán afectados por los negocios liquidados o el estancamiento del país: Kast no está hablando de los que se mueren, ni de sus familiares y cercanos. Está hablando de proteger la libertad de los “emprendedores”, de los dueños de los negocios, que no tienen tanto riesgo de morir.
No puede menos que pensarse que si hubiera una auténtica preocupación por la libertad, el futuro del país y el funcionamiento de la economía, estos partidos y sus líderes estarían muy concentrados en encontrar las mejores fórmulas para contener la pandemia. Pero eso no importa tanto, porque los que se mueren son los rotos.